Parque de destrucciones

Parque de destrucciones

Rodrigo Galarza

1era Edición: El suri Porfiado, Buenos Aires, 2007
2da Edición: Amargord, Madrid, 2008

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Digo entrañas y digo mis hermanos: Cristina, Ramiro y José Francisco.
Digo Caá Catí y me digo.

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soy el que hundió su pulso en la niebla
el de la vocación por los derrumbes
el de los cielos verticales en suburbios insumisos
soy el de la diaria antropofagia
antes que el domingo anestésico de misas complacientes
soy aquel lejano en mí
estigma absurdo mi nombre
atrapado en un patio con olor a mangos y a tartas de mi madre
la reina encantada de las fuerzas sangrantes,
en el principio era el allá…
donde mi nombre resplandecía
como el de un ángel herido siempre
por una luz de naranjales
que descolgaban soles
y llenaban de dulzor el aire
cantando lo incantable

el "acá" es ahora un arrebato del "allá"
un traje harapiento que me viste en medio de la nada
en medio de todo, en medio de paisajes
que ya no caben en mí, que se tornan pura tristeza
puro engaño de ausencia,
garúa que se mete en las carnes
y compás a compás arranca
mi respiración de mangos y tartas de mi madre
pero hay más, mucho más: estoy vivo y digo:
aquí estoy y esta ciudad se llama Madrid
y este dolor tiene nombre y este dolor devora la ciudad
que me mira con indulgencia y ojos de amante a plazos,
de mujer que se resiste a la caricia,
estoy vivo y mi dolor me alumbra y me sacude
y mi llanto colapsa los sumideros y avergüenza los orfanatos
y pago la renta con el hambre de mis bolsillos
con el hambre que no se dice: se viaja y hace:
yo el pasajero de mi estómago tambor vivo en mí hacia mí
y mi llanto me lava y lo que se va me alimenta y lo que viene me lastima
hermosamente

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pero hay más, mucho más: no olvido mi nombre
y esta ciudad lo sabe y me llueve
cuando le ruego que clave sus colmillos en mi blanco cuello
de garza atardecida allá en un mar de fragancias
oh dioses de la transparencia y de los venenos más sutiles
hay mucho más que este dolor
hay mucho más que un hombre
hay un guerrero a destiempo que hace tiempo
y la paciencia de esta ciudad que se llama Madrid
la desesperación de buscar caminos y de navegar ríos
que se mueren de pronto sin llegar al mar,
sin decirte adiós y cantarte el crepúsculo
se mueren en silencio en medio de una bruma soñada
se mueren por clavarse un estandarte de rocío
fabricado en polígonos industriales
o en las factorías de los gobiernos

pero hay más, mucho más: estoy vivo y la desnudez es mi escudo
¡de mi pecho crecen flores!
he visto la belleza sentada sobre el banco de una plaza infectada de palomas
he visto a un niño llorar por última vez como niño
he visto a un dios ebrio (vestido de súcubo) bebiendo del fétido aliento de los mendigos
he visto a un ministro disfrazado de ministro creyéndose dios
y a un ministro disfrazado de hombre fornicando en Tailandia con una niña
he visto "Sea Harriers" olisquear médulas espinales, bombardear chabolas y hospitales,
cuerpos con olor a infancia,
he visto sus festines de lobos del aire
pero hay más, mucho más: atravesar en un día trescientas puertas
y contar los despojos y trazar un mapa posible de cicatrices

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sin darnos cuenta el acero respira
palpita en nuestro silencio,
cuando no sabemos qué decirle
a nuestra soledad inventada sin tiempo
pero con memoria
atrévete a darle muerte
a recuperar el reposo del hierro,
desnúdate en la punta de la flecha
que trazó el itinerario,
acuéstate en su vértigo
o bien respira, condena
el espacio sin vértebras
que abierto te amaba

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he visto radiografías vivas/ sonrientes de juguetes dormidos,
las he visto hervir su inocencia: espermas de tragedia
he visto un yonqui juntar su osamenta en cuchara de plata, arder en un fuego helado,
desnudo recorrer un glaciar
me he visto transformarme en colibrí y libar los ojos de todos los habitantes de Madrid,
me he visto llorar en el desierto y otros me vieron y me dijeron que no estaba solo
y yo les vi solos
les vi llorando más solos
les vi entregándose por tickets de Carrefour
y nos vimos todos juntos y lloramos todos juntos y supimos que no estábamos solos,
que no es bueno que el hombre esté solo
¡ah lo supimos!

en el tufo a ginebra y las hélices muertas de los ADN en el semen reseco,
en el semen a puerta de una “virgen invisible que manejaba los itinerarios”
lo supimos y eyaculamos todos juntos y engendramos hijos en estrellas muertas
no es bueno que el hombre esté solo -dijo una voz que ardía en la zarza-.
¿¡no!? dijimos al unísono los que enflaquecíamos por la nariz solos
pero hubo más mucho más: una mujer nació de mis costillas
nació para dolerme, para tenerme en su vientre y yo miré dentro y me estremecí
ardiendo, nadé entre sus algas y eso fue todo,
pero hay más, mucho más: estoy vivo

la herida nos libera sin medida,

no alcanzan mil ojos ni mil lenguas de sal
sólo las crecidas alabanzas del desconcierto,
la saciedad de saberse entre ruinas,

¡caminar entre ruinas!

el cerco de los días
la resaca del que ve los nuevos asilos
los oleajes febriles del sueño
¡basta! con esta piel construyo un castillo,
los muros de Madrid cercan y abren mi entendimiento
me desangro en calma, la ñata contra el vidrio: Piazzola en el café Central
Piazzola lejos, a 15 euros del cristal, a una bacteria de mis vísceras
adentro, más adentro: la tormenta central

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allí está el encantador de palmeras
-dicen en lo alto las grúas-,
retiremos nuestras inútiles fuerzas
y que bailen los que se sostienen desde abajo
los que tajan el cielo con la rebeldía
callada de un viento echado a andar
para los que entienden de cenizas
y aman las bodas secretas del sol
en el centro del canto
allí está el encantador de palmeras
-dicen en lo alto las grúas-,
y en lo alto empiezan a temblar,
a aprender el esperanto del fulgor
el silencioso movimiento de celebrar la vida

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los campos de fútbol se llenan de ciervos, se llenan de ciervos
que ensalivan su mirada pastando sólo los domingos
y luego ¿Qué?
y luego nada, sólo bostezo aguardando el momento

los campos de fútbol se llenan de ciervos, se llenan de siervos

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aquí estoy y esta ciudad se llama Madrid, este puerto sin mar se llama Adiós,
los licores nocturnos conjuran mis venas
es la saciedad la que embriaga
es la sociedad la que narcotiza los sentidos del sinsentido
ah la pura bazofia que contagia sus pestes

ostentosos altares de la ansiedad

allí rezan desde niños y huérfanos envejecen
hijos de la nodriza mil veces humillada por el amo, en su ano,
en su mano que sostiene el tesoro, por el amo en su ano brillante
mil veces humillada a base de cuentas bancarias
los árboles se miran en el asfalto mojado
con tristeza se resisten a matar el temblor
de cuando no eran farolas

pero hay más, mucho más
panal sin miel: sísifos de exportación,
equilibristas del silencio,
taichí para amansar piedras y aceptar la condena
de la reina del enjambre

que desdice el fondo de sus ojos dormidos hacia afuera,

¿qué habrá en el aliento que se apaga en sus gargantas?
¿cuál será el alfabeto de sus recuerdos?
¿dónde; en qué momento se mueren sus palabras?
he copulado en sueño con la pálida del 5to B,
he explorado los papiros de su piel
he copulado y llorado
la he hecho mía con todos mis sentidos
me he quedado en ella
me he dormido en ella
mientras ella me devoraba el corazón
y he salido limpio de su vientre
y he salido vivo de su pulso

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era virgen y no se llamaba María

soy el rey de los orfanatos
el mártir del pegamento
el fenicio de mi sonrisa,
en el espejo descubro el abismo
oh los dulces demonios del abandono,
la crueldad no alcanza para entonar mis himnos
para arrancarme los duros talismanes grabados a fuego
mientras soy el rey, el mártir,
el de la pena de intraducible evangelio
sin apóstoles ni fechas de vencimientos,
MIENTRAS SOY
resplandecen las derrotas, los diamantes del odio,
brotan en la piel, estallan en el pecho
soy el mejor, el Ninguno de las estadísticas y estudios sociológicos
¿quién -sin hundirse- sepultará los restos de mi naufragio?
¿quién se atreverá a darme de comer en las manos?

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1
antes que abrieras los ojos
el espejo desesperaba con tu rostro
2
ves la gente enmascarada
caminar con sus coturnos Nike
ensayando catarsis en los cajeros automáticos
ves y te quedás sin mirar
y te quedás ciego:

PREÑADO

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estallará la voz enterrada, el cáliz intocado de los siglos
ella surgirá implacable, y no habrá tiempo para retirar las lenguas ni mirar hacia arriba,
porque el vendaval vendrá desde el centro de la tierra y desollará los ojos que no
quisieron ver, los oídos que no quisieron oír
vi a los hijos de Babel no reconocer a sus madres, pisotear sus gestos y mamar de la
gran Ramera
oí a miles de hombres hablar en miles de lenguas, los oí gritar extenuados, rabiosos
navegantes sin vientos
los vi defecar Justicia, y nadie lloraba ni se lamentaba,
porque todos habían llorado ya, habían secado sus lacrimales de bronce, sus estómagos
crispados
oh la desesperanza,
el delirio solar pronunciado en mil bocas cosidas por el miedo
vi una paloma volar solitaria sobre una cabeza, la vi arder en su propia blancura
y desaparecer sin rastro, sin decir adiós o "esto es verdadero", esta voz nos salvará de
nosotros mismos
la vi plena

arder en ausencia

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andan lentos y silenciosos
dispersos como soldados vencidos en una batalla,
lentos dispersos sombras blancas errantes por largos pasillos
solos, respirando el reino que ya no les pertenece
“son niños sentados en la plaza” que gritan:
pronto dejaremos en libertad la música de nuestras sales y ustedes bailarán sobre ellas
y cantaremos salmos y ustedes llorarán y nosotros reiremos desde las tibias
caminan y eso es mucho decir,

miran lejos

lontananza

soñada por sus sangres valium,

miran lejos, como si vinieran desde lejos,
lejos

miran hacia arriba por temor a que el suelo impío en que pisan
les olfatee los huesos
lejos
una vez más…

a veces los veo tomar sol, arracimados como lagartos,
a veces los veo calentar sus carnes con recuerdos que asaltan sus bocas,
los veo trepar las azoteas por delgadas lianas de luz,
los veo irse livianos, solos, sin DNI y baldíos de caricias
otras veces los veo en los mercados municipales con sus reumas, pieles de saurio y
vademécum a cuesta, mendicantes de miradas
los veo caminar sombras entre lechugas y zanahorias, por entre médanos de hielo
desde donde pestilentes pescados le miran desde el fondo de la muerte:
¡los últimos serán los primeros! rezan las judías
que ya no están verdes
arrugadas se pudren a la altura de la ternura

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día y noche taladran el suelo
día y noche matan la humildad del hombre
no caben en sus palas de acero los escombros de dolor,
sin rumbo, por un desierto de largas avenidas
parten caravanas de camiones
sin rumbo parten hacia el regazo de la espera
donde un viejo llora, donde no alcanzan
las largas avenidas ni los brazos de acero,
otros viejos lloran invisibles, debajo de escombros invisibles
esta ciudad se llamaba Madrid, día y noche se llamaba Madrid
alguien que oye ladrar a los perros se convierte en chacal y devora la luna
alguien, ¡no sé quién!, se atraviesa las manos con una pica
alguien pisotea las sombras de los pordioseros
alguien que recoge su propia basura

¡¿vive?! entre el día y la noche

quizá dios
jubilado

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1
buenas noches ¡Hada mía!
el que te alimenta la sangre
el que siempre muere pero nunca lo hace te saluda
¿qué serías sin mis tuétanos fulgurantes
sin mi ropaje inútil de tristeza?
¿qué tendrías entre tus alas sino una brisa inmóvil?
sin embargo yo te cubro con mi mal de ausencia
para que vueles y así me digas: ¡salud poeta!
he venido a arrancarte de ti mismo,
ya no aúlles en silencio
más bien canta tu sino desde mis alas
2
nunca dejás de pasar
como una carroza iluminada
que se parece a un tren infinito,
aunque tu tránsito esté ya en el pasado

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gira y gira la obscenidad de la abundancia
para algunos oh la redención para algunos

ding-dong, ding-dong,
las campanas llaman, perforan la noche ¡buena!
¿de qué?

el hijo del hombre nace en los basurales de Belén, sus mandíbulas desatan terremotos
Daisy la dominicana púrpura apagada, desenfunda su clítoris láser* por veinte euros
ah cómo resplandece en la noche su rosado engarce:
epifanía

para magos de alcantarillas
silencio en su corazón de dos centavos, agua entre sus piernas de veinte euros
un abismo entre sus nalgas de chocolate.

¡OhDaisy! gime un mono con aliento a ajo
mientras descarga su adagio cósmico, su pobre artillería bajo el imperio del látex
un niño nacerá en Belén, Bill Gate colgado de un satélite rumiando billetes
¡quiera Dios que se haga mayor! y nos enseñe un camino sin desesperación
sin falsos profetas
ni falsos Rólex
ni auténticos abandonos

laus deo

* rosado saludo a Marinetti: el mundo se ha enriquecido con una nueva belleza, la belleza
de la velocidad

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1
también el amor
dentro de los muros que te crecen en las manos
vas cayéndote en el centro de mi vos:
la lisérgica distancia entre tu ombligo y mis ojos
2
ahora que te vienes a vivir a mi desesperación
¡óyeme cantar!
porque no sé otra manera de morir
y el oro del mundo mendiga mi sonrisa
tuya irremediablemente
2
vas inventándome como puedes
a costa de dejarte estar en medio de la nada
vas haciéndome tuyo en la victoria
de ofrendarnos ausencia desde la sangre

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alguien nos mira desde los muros, quizá el dolor que levanta ciudades
o el dios atroz que ensaya en circos romanos, en prostibularios de la ternura
se les pudre los ojos a los profetas del neón
se les pudre durante el día
ah/
pero el sarcoma baila

cantan los gusanos
alguien nos mira desde los muros
alguien trepa las tapias como una fósil enredadera que todavía arde
no alcanza la morfina que brota de las cloacas
no alcanzan las cloacas de los bares
no alcanzan los bares donde entre parábolas y parabólicas
colgamos los trofeos del infierno:

pero hay más, mucho más:

estoy solo "voy al coliseo a prenderme fuego"1,
la Castellana parte desde mis piernas y no regresa
me miro en lejanía sin regresar
suelta sus amarras la noche y se oye una sirena
1 Yo caníbal, canción de Solari/Belinson.

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sin embargo el barco se queda zozobrando en mis jugos gástricos
peristáltico velamen

y todos vivíamos sin vivir en nosotros
y todos moríamos sin morir
y algunos resucitábamos sin vivir
pero hay/ habrá más

voy a navegar con la dulzura de quien se desangra
voy a desangrarme hasta que Madrid me ame
con su amor de “colmena” sin miel
tengan cuidado del que fue feliz a orillas de un gran río
porque no podrán contener su pulso de camino interminable
no podrán aplacarlo con avenidas inventadas
ni parques de diversiones diseñados por hombres muertos
en el lazo de su corbata
tengan cuidado del que fue feliz a orillas de un gran río
ya que un día, un gran día-diamante
les enseñará por qué las nubes aman al viento
por qué a veces se quedan, mientras se van

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*
antes que la hiena llegue, su olor corrompe la vida
"la más inocente de la ocupaciones el más peligroso de los bienes"2
ícaro artrítico,
se es equilibrista por vocación,
el miedo engendra la belleza del riesgo alimento feroz
el último salto es el primero, el primer zarpazo el último:
¡bienvenidos al circo más grande del planeta, bienvenidos!
¡bienaventurados los pobres de bolsillos
porque ellos serán arrojados a las fieras!
¡bienaventurados los pobres de espíritus
porque ellos serán arrojados a las fieras!
¡bienaventurados los adultos que parecen niños
y los niños que no llegan a adultos,
porque ellos serán arrojados a las fieras!
¡bienaventurada la sórdida estupidez del hombre3
porque sin ella se pierde infinitamente!

2 Friedrich Hölderlin.
3 Verso no literal de canción de Solari/Belinson.

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*
desenterrar los pies de un sorbo beber la luz de las estrellas
prohibido tiempo ha obreros del amor en Huelga

caminos
el quieto abandono en el sofá
la exaltación callada de la ostra
la encrucijada de los cantos rodados y del rebaño saliendo del metro:

¡salud Chaplin!

el hospicio de las langostas que adornan el plato:

el ronroneo de los shopping

ay abanderados, esclavos de Tántalo,

¡oh infelices,
apurar cielo pretendo ya que me tratáis así!
¿qué delito cometí contra mí mismo naciendo?

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*
pero también la locura, la cordura que desorienta a los insensatos
la cordura que vende camisas de fuerza en llamas
vi su fulgor sobre Madrid,
vi miles de sábanas blancas entretejerse con anillos de fuego
vi lenguas que llovían sobre las azoteas de Madrid, sobre algunas, sólo sobre algunas,
las vi barrer el aire
las vi prodigarse en meandros inquietos
vi crecer flores que desnudaban sus fragancias por vez primera
vi un puñal de obsidiana surgir en medio del jardín, vi su relámpago abriendo el día en
medio de la noche,

ah sí lo vi,

el gozo de los hombres descubriendo el lenguaje de sus alientos
lava de amor viva brotando de sus gargantas
vi al caballero de la triste figura mutarse en centenares de rostros
(los vi insomnes cabalgar por llanuras insomnes)
vi los cascos relucientes de sus corceles/ oí su música implacable sobre el suelo
vi cómo molinos de viento esparcían polen:

vi la batalla en la que vencía la locura
me vi retozando hacia el monte y mi sombra detrás entre azucenas olvidada

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la crueldad extiende sus tentáculos,
no soporto el suave incendio del canto del mirlo
sobre el ático de la siesta
no soporto esta luz de amantes venecianos

44

a Francisco Madariaga y Enrique Mercado

"gracias quiero dar al divino laberinto de los efectos y las causas"4
a los múltiples defectos del hada de las factorías, por su risa infame y su cabellera cruel
que hipnotiza a los incautos,

¡salud! ferretera de la desgracia, frutera mía

desterrada de un país de rocío, de la alucinación en estado natural
tiempos ha que no cesan los yunques de tus manos
las Edison de tus ojos
tiempos de martillo y cemento para la vanidad de tu hambre
¿dónde tus bríos?

sirena de agua dulce

¡salud!
hada de los polígonos bestiales. Vestal de primer mundo.
¡Vitor péan!
la fuerza bruta de la sutileza te entronizó en las formas
mientras el fondo extiende su desierto de ánimas raquíticas
mientras lo "hondo" nos mira y después de tantas preguntas
las respuestas infectan la sangre,

gobiernan la mirada
que todavía no ha aprendido a enamorarse del aire
¡salud!

4 Jorge Luis Borges.

44
*
vi una HOMERO-Y-QUÈ paideia
párvulos de cincuenta años, los vi rezar de rodillas frente a una sucursal bancaria,
vi cómo nerviosos masticaban sus tarjetas de créditos y devolvían misiles
vi el Pentecostés de Mc Donals
y que enorme, una hostia de neón se consagrada entre manos suplicantes
solo manos, sin cuerpos, manos

y todos vivíamos sin vivir en nosotros
y todos moríamos sin morir
y algunos resucitábamos sin vivir
pero hay habrá más

44
*
vas dejando que tu boca se incendie
en favor de una palabra que no llega
una señal que no señala
que es el mundo que se destruye
ante tus ojos y que ya no te duele
porque el dolor se convirtió en pavor
y el pavor en parto/
mientras tanto vivís en sepulcros provisorios
cuyos epitafios proclaman ley de vida/
sed de ebrias raíces que encienden de Vía-láctea
tus pies hambrientos

44
*
el lenguaje del desgarro palpita la carne
callará el dolor y nacerá una nueva clave para la alegría
un nuevo monumento
aunque íntimo el vendaval no alcance
aunque externa la brisa derrumbe troyas que no arden,
que sólo se dejan estar
custodiadas por caballos de madera

44
*
se entristecen las monedas en mis bolsillos,
no saben decirme adiós
ni amarse con el condón o las llaves arrancadas
al corazón de una hada
se entristecen las monedas en mis bolsillos,
se vuelven tetánicas y me río del río que las arrastra
sin remedio y sin fondo
al fondo de mi fondo huérfano
y me río con rostro de payaso retirado,
con nerviosismo de seminarista en Internet
se entristecen las monedas en mis bolsillos,
será por eso que tintinean en mi hambre
y se creen estrellas cuando brillan
en lo turbio de un vaso de vino proletario

44
*
más allá del parque
la madrugada agotó sus venenos/
su delirio no silencia los mecánicos gallos
obligados a cantar despedidas

44
*
puta adentro/ el mundo se recompone,
al menos un nombre gobierna el pulso y la caída crea un mundo
puta adentro/ la caverna vive en mí
afuera el NO corona eufemismos:
bienvenidos al tren sin vías
a las muecas sin rostros
la fiesta de la sangre sin memoria:

la orgía de lo inconcluso

bienvenidos:
al padecimiento en paz de la llaga-endorfina

y todos vivíamos sin vivir en nosotros
y todos moríamos sin morir
y algunos resucitábamos sin vivir

44
pero hay/ habrá más

*
se me suben a los ojos los museos de Madrid
y se me meten por la boca
y se me suben
y se me bajan
y se me meten en el tuétano los museos de Madrid
y me revuelven el estómago
y me clavan en la cruz
y qué
y cómo
este cuadro se llama el Bosco
este pintor el Jardín de las Delicias
este cuadro se llama Picasso
este pintor Guernica
esta ciudad se llama museo
este museo se llama Madrid
y qué
y cómo

44
¿cuándo los cuadros se apiadarán de mí?
¿cuándo dejarán de apuñalar?
y qué
y cuándo
he venido a desollarme

he venido a desollarme,
a ser testigo de la fragua que fraguan los cancerberos del alma
un sistema de equivocaciones,
ah! lo mío,
lo tuyo,
nunca lo nuestro, nunca el botín de la esperanza
siempre el fuego del saqueo
los hollines hacia el azul,

la yuxtaposición
¡ah!
he venido a ser ciego testigo
muerte sobre muerte la tumba viva
reclama sus sales y libre asombro
en vuelo revelado de la luz
he venido y otros vendrán y se irán
igual que yo con ríos
de silencio, lamiendo
mis huesos incendiados
¿hacia dónde?
has venido
DICEN
una lámpara ardía en mí
y ahora su resplandor ciega pájaros irredentos

44
a Ramiro
era yo con mi hermano un domador de caballos
de uno solo nacido del vientre de la siesta/
oh mi angélico tordillo
¿adónde/ a qué misterioso pajonal
has llevado mi infancia entronizada?/
para vos reservo todavía
el oleaje de mis manos en tu pescuezo de humo/
dame un galope, un galope más
llévame a preñar las hadas
de los cañaverales de fuego
era yo con mi hermano un domador de caballos
un extraviado de mí en sus lomos/
ero yo un navegante azul del azul
entre guayabas y espartillos
con la mañana abriéndose eterna

44
y sin riendas
era yo con mi hermano un inexperto domador de sueños

*
he venido a entender que soy un gaucho descalzo
apeado del caballo y mascando la pampa sin nostalgia
bordado llevo el poncho de otros rocíos
pero aún es la bandera que flamea en mis pasos
pero aún es la llanura que albergará mi muerte

44
*
la gitana preñada virgen, de pie sobre la montaña de cartones, de pie equilibrista
sobre las líneas borrosas de sus manos, se lee la suerte
su suerte de Cristo
de caminar sobre el mar, de aplastar y apilar hojas de otoño
…si el otoño fuera, al menos, un modo de despojarse de sí misma
y no esta vil carroza de verbena mundial
y no esta dulce bulería de ejes y tabas
¡ah! cómo desfila la gitana sobre el camión
igual que la virgen de los sudacas y sudarios
rezando va en sánscrito
para que nadie la entienda
y otros la rezan sin mirarla
y otros la escupen sin temerla
y otros la temen sin rezarla

44
miren cómo ciega va
esclava del equilibrio
hija de Polifemo aplastando cartones
las agrias uvas de los arrabales
el vino servido
está
…miren y callen…
callen
(…)
en la voz del resucitado
se humedecen las mortajas de Lázaro:
vientos de advientos: Sur de la impotencia
con paraísos ardiendo en infiernos domésticos
la tiranía de los cortes de luz
y la noria absurda del desencanto del imperio
que fue y será…

Discépolo con hambre
¡ah! pero hay más, mucho más:
cuando ella alumbra no se sienta en las rodillas
baila, sube desde abajo,
se distrae en las caderas
(nace allí el ritmo del deseo)
allí comienza el fin del mundo
la destrucción para fundar -una y otra vez-
lo que perdura en los gozantes

1
me late el olor de la madera
se acuesta conmigo aunque yo ya no esté
aunque me haya ido a forjar rejas de arabescos
2
suena mi tórax-tambor
cabe la selva en mis costillas
¿era esto cantar para nacer
derrumbando rascacielos?

44
*

¿oyes madre a tu hijo abandonar su reino de chicharras?
¿oyes a la más pura orfebrería del silencio ceder sus alas a los grilletes?
no desesperes madre,

el hontanar se limpia claudicando
aunque secreto no cese el hierro con que Vulcano
marcó tus entrañas

44
¿oyes madre?
el reclamo de la transparencia habitada nos llama
esta vez nacerás de mí, te tendré en los cuencos de mis manos
y podrás llorar saludando al día y podrás callar sangrando la luna

¿oyes madre tus latidos siderales desatados en mí para siempre?

Parque del Retiro
de pronto el centro de un canto,
sin medidas se hunde mi cuerpo
cautivo de una distancia hacia adentro,
todo es orillas sin orillas
el abierto y solitario abrazo de un zorzal
sobre los tejados del mundo

44
Corrala
tiene nombre la tristeza esta tarde
como la ropa tendida en la cuerda del silencio
donde la anciana cuenta las pinzas que le sobran

44
*
y así fue…
había una lágrima-canción
derramándose por los llanos,
exultante desde el pecho me trepaba el estribillo:
amar lo inabarcable
no es sólo cuestión de proporciones/
sino de ganar la batalla
que de antemano se ha perdido

44
*
con sus crines en llamas
pasan por mis años
galopando,
dando coces en mi pecho
olfateando el Paraná
desganados o briosos

44
pasan por mis años,
a veces galopando
y otras quedándose en mí;
en mi centro de agua y trino
pasan por mis años
y oigo en el alba sus relinchos,
veo sus pescuezos de espuma
cortar la brisa, apurar la tarde quieta,
aromas que mueren relámpago
entre mis manos de arcilla
pasan por mis años pasan

olfateando

y trayendo
-a veces-
el sur de la celebración de los sentidos

y sin-sentidos

con sus crines en llamas
pasan por mis años
y eso
es mucho decir

y eso es poco callar

Carta
no te importe padre
que desnudo camine por la arena,
hable con los pájaros
o me quede para siempre
a dormir entre la hierba,
viviéndome va la poesía

44
con urgencia de últimos rocíos
con el rostro del que nunca vuelve o se despide
no te importe entonces
si a veces mi tristeza resplandece
y es la única estrella que alimenta,
porque de otro modo no sé entregarme
a este mundo que vacía mis ojos,
que en silencio me quita sus maravillas
ensillaremos
padre
los mejores zainos del crepúsculo,
veremos arder sus tensos ijares
y sus crines de barriletes al aire
tajaremos lomas y bañados
y será como perseguir al viento,
como acercar la madrugada a nuestros rostros
no te importe entonces
si me demoro,
si Madrid me muerde el corazón
si la vieja castilla me desola hermosamente
he venido padre
a aprender de la tragedia del hombre
que todavía sonríe y mastica la esperanza sin tragarla
no te importe entonces
que ahora mi voz derrame su lengua en el áspero asfalto
y que sus alas viajen en trenes extraños
si entre tantas luces,
una garza desciende
liviana
sobre mi alma

1
he venido a que me mutiles con tu aire de olivar

44
piel de canela y espalda de libélula/
¿cómo podés en la pampa de tu tacto
hacerme desaparecer
si brusco mi galope te mató el otoño
¿cómo podés andaluza mía
traficar con mis silencios/
morfarme las entrañas así
y luego irte…
llevándome bajo tu lengua

2
amo las contradicciones que engendran cantos despiadados
amo los cantos despiadados que me someten a la verdad
amo los pájaros que son la piel del otoño
la piel del otoño que ama las lloviznas
me amo a mí mismo
porque soy un canto despiadado
verdadero
y llovido
¿cómo no habría de amarte a vos sin preguntas?

Alegropeya

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aunque antes le diera nacimiento
soy “el matador de la elegía”,5
aquí escribo que una palabra bastará
para sanarme, para curar esta llaga amanecida en la niebla
otro es el silencio otro el vuelo
en que me miro y me tallo
como si abriera compuertas y desalojara toda la hiel del mundo,
los otoños de una ciudad abandonada por sus hijos
pero hay más: mucho más: una nueva alianza,
aquí sello en la hora y des-hora en que los nombres
tiemblan de miedo por llamarse desde el fondo de sus ríos
atardece y habrá tiempo si atardece
música cautiva en la garganta del zorzal,
el mismo irrepetible que limpia sombras
y alza cruz de resurrecciones
“yo, el matador de la elegía”
me doy muerte aquí en esta ciudad que se llama Madrid
y cómo ruedan de mi boca los abismos
los espejos que mienten
los sueños (sin) sueños engendrados por dioses de plástico
y cómo borro mis crueles alfabetos
cómo huyen con el viento que anunciaba mis derrotas

porque hay más: mucho más:
azorado entro a la casa de la alegría

5 Leopoldo Marechal.